Los impagos que sufren las empresas son una de las principales causas del cierre de compañías en España, que, ante la falta de liquidez, no pueden afrontar sus propios gastos. El Índice de Sintético de Morosidad, que analiza la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), volvió a crecer en 2015 hasta situarse en el último trimestre en 93,4 puntos, casi 2 puntos más que en el mismo periodo de 2015.

Los sectores del textil y la construcción son los que más sufren esa morosidad empresarial, con periodos de cobro de sus facturas superiores a 90 días. Por el contrario, la industria química, el papel, las artes gráficas y la distribución alimentaria son los que menos impagos padecen.

En cuanto a la distribución geográfica de la morosidad empresarial, Aragón se sitúa como la comunidad con menor retraso en los cobros, 13,4 días por encima del periodo legal de 60 días. Andalucía y Canarias, con más de 25 días de demora en el cobro de facturas, son las autonomías que soportan mayor morosidad.

Sin embargo, no todos los datos ofrecidos por Cepyme son negativos. Frente al aumento global de la morosidad impulsado, en parte, por el incremento del crédito a las empresas, el porcentaje de morosidad sobre las ventas descendió un 1,3%, situándose en un 3% en 2015. Según el informe VII Diagnóstico Financiero de la Empresa Española, elaborado por Cepyme y Business School Barcelona, el plazo medio de cobro se ha situado en 67 días, cuatro menos que en 2014.

Además, las ventas del conjunto de las empresas españolas han mejorado un 3,7% y el 69% de las compañías cerraron el ejercicio 2015 con beneficios. El informe de Cepyme constata también una menor restricción al crédito.

Por otro lado, las empresas que venden en el extranjero tuvieron en 2015 un mayor aumento de la facturación y mejor rentabilidad que las compañías que no exportaron. Precisamente las empresas exportadoras son las que obtuvieron más créditos y en mejores condiciones por parte de las entidades bancarias.

En cuanto a las previsiones para este año, según la encuestas realizadas por Cepyme, el 65% de las empresas confía en aumentar su facturación y el 37% tiene la intención de aumentar su plantilla.