Las empresas de construcción españolas gozan de gran prestigio fuera de nuestras fronteras. Los retos de la ingeniería a los que se han enfrentado y las dimensiones de algunas de las obras adjudicadas avalan la profesionalidad de estas compañías en los mercados exteriores.
El periodo de grandes inversiones en infraestructuras vivido en España a partir de los años 60, en el que se hizo necesaria la construcción de carreteras, aeropuertos, edificios públicos, vías férreas, etc. favoreció la consolidación de un sector constructor fuerte. Sin embargo, pasado ese auge de la obra pública y ante la falta de inversiones durante la crisis económica, las empresas han tenido que apostar por la internacionalización como vía de crecimiento.
Actualmente, la facturación en el exterior ya representa alrededor del 80% del volumen de negocio de los grandes grupos constructores españoles. Las posibilidades de desarrollo se han abierto en muchos mercados extranjeros, desde los países latinoamericanos, norte de África o Europa del Este hasta incluso los Países Árabes
Principales mercados exteriores
- América Latina. El idioma compartido y los vínculos culturales e históricos con Latinoamérica han facilitado el acercamiento de las empresas españolas a estos mercados. Además, la necesidad de nuevas infraestructuras de muchos países emergentes del continente ha hecho de la zona un perfecto nicho de mercado para las constructoras. La ampliación del Canal de Panamá, adjudicada a una UTE encabezada por Sacyr y recientemente inaugurada, es la principal obra pública en América Latina, pero no es la única. Países como Colombia, Perú o también están licitando obra pública.
- Europa del Este. Los países del Este surgidos tras la modificación del mapa europeo a finales del siglo pasado están impulsando fuertes inversiones en obra pública, tanto de infraestructuras como de edificación de instalaciones educativas y sanitarias. Se trata de países con grandes perspectivas de crecimiento que precisan la creación de nuevas dotaciones públicas.
- Norte de África. La proximidad geográfica es el principal atractivo para las constructoras españolas de países como Argelia o Marruecos. Estos estados también anuncian grandes inversiones en obra pública y confían en la tecnología que aportan las empresas españolas, aunque, eso sí, siempre con el respaldo de una UTE en la que les acompañe algún socio local.
- Países árabes. El prestigio internacional de las constructoras españolas les permite aspirar a la adjudicación de las grandes obras de ingeniería que comienzan a licitarse en el área del Oriente Próximo. Uno de los mayores desafíos técnicos en la zona es la construcción del tren de alta velocidad a La Meca, que precisamente ha sido adjudicada a un consorcio en el que participan firmas españolas como OHL, Adif, Cobra o Indra, entre otras.